miércoles, 2 de octubre de 2013

LAS DIETAS RESTRICTIVAS

Las dietas restrictivas son malos métodos para bajar de peso que reducen considerablemente o eliminan el consumo de determinados alimentos. Todo aquella dieta que prohíba una gran cantidad de alimentos naturales es una dieta restrictiva.


Las dietas rigurosas son un pasaporte directo a estar siempre hambriento y ansioso. Si recibes diariamente menos de 1200 calorías, el hambre aumenta. Si tu cuota diaria se reduce todavía más, el hambre se desata hasta volverse un suplicio.



La razón es que la glucosa sanguínea se mantiene baja la mayor parte del tiempo y eso  estimula enormemente el apetito. Para colmo, envía a tus células grasas las órdenes equivocadas: acumular la mayor cantidad de grasa posible y no liberarla.

Las dietas restrictivas siguen un modelo que no tiene en consideración las necesidades nutricionales de cada paciente. El cuerpo no trabaja en función de las calorías sino de los nutrientes que recibe, y si no es así, puede sufrir una serie de alteraciones de la salud que se manifiesten de diferente modo. A corto plazo se puede producir dolor de cabeza o problemas digestivos como estreñimiento o gastritis. 

Uno de los resultados que se observan después de hacer dietas de tipo restrictivo, es que tras un resultado exitoso, se pierde normalmente peso de forma rápida, viene el conocido efecto “rebote”. El problema radica, que al no haber acostumbrado al cuerpo a una nutrición racional, se trata de un espejismo pasajero que sólo presenta resultados a muy corto plazo. 

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